quinta-feira, 8 de outubro de 2009

Argentina dio el lunes el último adiós

BUENOS AIRES (Reuters) - Argentina dio el lunes el último adiós a la famosa artista popular Mercedes Sosa, en un funeral multitudinario cargado de emoción y muestras de congoja donde no faltaron el canto, el baile y la poesía.

Sosa, una de las intérpretes más conocidas del folclore latinoamericano, falleció el domingo a los 74 años luego de permanecer hospitalizada dos semanas por problemas renales y hepáticos que empeoraron su deteriorada salud.

Miles de argentinos la despidieron durante el velatorio en la sede del Congreso, incluyendo a la presidenta, Cristina Fernández, que decretó un duelo nacional de tres días.

El cuerpo de Sosa fue llevado al crematorio del cementerio de Chacarita en Buenos Aires y sus cenizas serán esparcidas en su provincia natal Tucumán, en Mendoza donde se forjó como artista y en Buenos Aires.

Sus restos fueron trasladados en medio de una multitud que entonaba sus canciones, bailaba las danzas folclóricas con las que Sosa deleitaba a su público en los conciertos y arrojaba flores al cortejo. Otros se abrazaban y lloraban al recordarla.

"La mami fue una mujer que vivió su vida como quiso y creo que no le quedó nada por hacer, fue una luchadora de la vida y todos estamos tristes por su partida", dijo a periodistas el único hijo de la cantante, Fabián Matus.

Con una carrera de seis décadas, Sosa, apodada cariñosamente "La Negra", fue una propulsora del Nuevo Cancionero, un movimiento cultural latinoamericano que buscó llevar la música popular de vuelta a sus raíces.

Sus discos cargados de contenido social se convirtieron en un referente durante la dictadura militar argentina, durante la cual sus obras fueron prohibidas y se vio obligada a exiliarse en Europa, desde donde llevó su música a todo el mundo.

Los medios locales dedicaron horas de transmisión y páginas enteras a recordar su trayectoria, que describieron como un legado de lujo que llenó de orgullo a la nación.

(Reporte de Walter Bianchi/Daniela Desantis. Editado por Gabriela Donoso y Lucila Sigal)

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